Si bien hay razones para afirmar que Machu Picchu no fue descubierta por Hiram Bingham (1875-1956), es un hecho que este explorador estadounidense se encargó de mostrarla al mundo por todo lo alto, y con este gran acto de comunicación, acuñar el icono más relevante del Perú. En este sentido, La Ciudad Perdida de los Incas. Machu Picchu Agenda 2011 conmemora los cien años de la llegada de Bingham a una ciudadela incaica tan inaccesible como enigmática, escondida u olvidada desde el siglo XVI, en un hermoso paraje de los Andes peruanos.
La historia reciente de Machu Picchu, desde el 24 de junio de 1911, no ha sido menos asombrosa que el aura de misterio que encierra e irradia en peruanos y extranjeros. Así como el artículo publicado en 1913 en la revista National Geographic da cuenta al mundo de la importancia y belleza de Machu Picchu, recientemente esta ruina también han dado que hablar. En 1983 fue inscrita en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la Unesco, y el 7 de julio de 2007, reconocida como Maravilla del Mundo.
La Ciudad Perdida de los Incas. Machu Picchu Agenda 2011 pretende, semana a semana, mostrar diversos ángulos de este fascinante legado arquitectónico —concluido a finales de la década de 1520, es decir, pocos años antes del inicio de la conquista del Perú—, acompañados por cincuenta y tres apreciaciones de sendas personas sobre esta Maravilla del Mundo. De esta manera, se busca recordar a lo largo de 2011 la trascendencia histórica de este Patrimonio de la Humanidad y sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de su conservación para beneplácito de las generaciones venideras.
Tamaño: 17 x 24 centímetros. Características: papel Couché mate de 115 gramos a todo color con barniz mate acrílico Ofsett. 176 páginas interiores. Carátula contraplacada sobre cartulina Foldcote calibre 18 a todo color con plastificado high gloss. Encuadernación con anillado doble ring plateado con 27 aros del paso corto 3:1 alemán. Incluye estuche.
PORTADA
INTERIORES
Cada semana a dos páginas, con detalle de días festivos y aniversarios. En la parte inferior una reflexión sobre la importancia turística, histórica y social de Machu Picchu. Además, en la parte inferior, un útil cuadro de vencimientos y una inspiradora imagen de la Maravilla del Mundo situada en los Andes.
Doce separadores (uno por mes) que muestran diversos aspectos de la denominada Ciudad Perdida de los Incas. Cada imagen está acompañada por un fragmento de la aventura arqueológica que Hiram Bingham publicó para difundir su «descubrimiento».
Decenas de imágenes que nos ofrecen ángulos y miradas distintas de Machu Picchu.
AFICHES
«El muro norte de la fortaleza es posiblemente la más extraordinaria estructura construida por el hombre antiguo del hemisferio occidental.» Hiram Bingham
«Los bloques más pequeños del muro pesan entre diez y veinte toneladas, los más grandes se calcula que alcanzan las doscientas.» Hiram Bingham
De acuerdo con Hiram Bingham, los bloques están calzados con mucha habilidad, sin contar con viga alguna de sostén, y no se empleó cemento para levantar el muro.
«Los grandes bloques poligonales se encuentran bastante apretados. Por esta razón, resulta imposible insertar la hoja de un cuchillo entre ellos.» Hiram Bingham
Los bloques, según Hiram Bingham, fueron llevados de canteras ubicadas a más de 1,6 kilómetros de distancia.
«La decidida perseverancia de los constructores deslumbran la imaginación e invitan también a aprender algo más sobre los incas.» Hiram Bingham
«Antes se le llamó Vilcabamba, pero se le conoce actualmente como Machu Picchu.» Hiram Bingham
«Al fondo se encuentra el Huayna Picchu, con precipicios de unos 760 metros que dan a la corriente espumosa y en forma de herradura que tiene el río Urubamba en esa zona.» Hiram Bingham
«En las ruinas de Machu Picchu hay más de cien escaleras.» Hiram Bingham
La escalera más hermosa de todas, relata Hiram Bingham, es la megalítica, que conduce a la Plaza Sagrada, en la parte superior del cerro del Intihuatana.
Esta escalera megalítica, refiere Hiram Bingham, debió ser utilizada por una festiva procesión de nobles incas, sacerdotes y vírgenes del sol con el interés de alcanzar el punto más alto del cerro, a fin de seguir desde allí los detalles de la adoración de sus divinidades predilectas.